NUESTRA EXPERIENCIA HACIENDO DEPORTE DEBE SER AGRADABLE Y MOTIVADORA, Y EL AROMA DE ESTOS ESPACIOS NO DEBE CAUSAR RECHAZO O ANGUSTIA.
El aroma en los gimnasios influye significativamente en nuestro rendimiento deportivo, estado de ánimo y motivación, aunque a menudo pasa desapercibido. Esta influencia se debe a cómo el sistema olfativo está directamente conectado con el sistema límbico, el centro del cerebro que regula las emociones y la memoria.
El aroma también puede influir directamente en el rendimiento físico. Diversos estudios han demostrado que ciertos olores, como la menta, tienen la capacidad de aumentar la resistencia, mejorar la concentración y reducir la sensación de fatiga durante el ejercicio. Además, es frecuente el uso de eucalipto en entornos deportivos, ya que este aroma facilita una respiración más profunda y fluida, lo que contribuye a una mejor oxigenación muscular. Estos efectos combinados no solo optimizan el desempeño durante la actividad física, sino que también pueden hacer que los entrenamientos se sientan más llevaderos y eficientes.
¿A QUÉ HUELE EL DEPORTE?
Llegar al gimnasio y presenciar la mezcla de olores de sudor, gomas, algún que otro perfume o el hierro de las barras, puede provocar efectos negativos en nuestra percepción sobre ese lugar. A pesar de que todo aquel que acude frecuentemente a entrenar ya sabe lo que se va a encontrar, un aroma agradable acorde con el espacio mejoraría su experiencia.
Ya que, todos los olores que percibimos afectan a nuestras emociones, si nos generan sensaciones negativas, nuestra motivación decaerá y entrenaremos de mal humor, con lo cual, nos supondrá un esfuerzo mayor. Por ello debemos buscar los aromas que se ajusten de manera correcta sin ser excesivos ni desconcentrar a los deportistas.
MOTIVACIÓN SENSORIAL
Mantener un buen aroma tiene gran importancia tanto para aquellos que pasan más tiempo en el lugar y conviven con los olores de forma continua, como para aquellos que acuden por primera vez, influyendo en su primera impresión y en la posible toma de decisión sobre si quedarse o no.
Por ello, hay que encontrar el equilibrio entre un olor agradable y adecuado para el gimnasio, que no perjudique el tiempo de entreno del cliente ni afecte a su rendimiento.
Los olores que desprenden los materiales, las máquinas o las personas, no pueden controlarse, ya que siguen su curso, pero con un buen sistema de ventilación y aromatizadores, se generará un ambiente adecuado e inspirador para entrenar de forma tranquila y agradable.
La clave es encontrar un aroma que se relacione con la limpieza y el frescor sin llegar a ser excesivo, el limón, la vainilla o la lavanda son ejemplos claros que se adaptan a lo que buscamos. Se adentran en nuestra mente provocando sensaciones de frescor que benefician nuestra energía y eficacia del entreno.
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