LA ESTANCIA EN UN HOTEL ES AGRADABLE Y CONQUISTADORA, SU AROMA ES UNA DE LAS VARIABLES QUE NOS AFERRAN A ESTE LUGAR QUE TANTO NOS CUESTA DEJAR.¿A QUÉ HUELE NUESTRO HOGAR TEMPORAL?
UNA EXPERIENCIA EXCLUSIVA
Nuestra estancia en un hotel puede surgir a raíz de varios contextos, la mayoría vacacionales o por viajes de trabajo, en todas las ocasiones, este lugar supone un espacio para relajarse y descansar de las actividades realizadas, por ello, su ambiente debe ir acorde con las necesidades de los clientes.
El aroma forma parte de este conjunto de aspectos que ayudan a crear esta atmósfera tan única, este se encuentra en cada rincón del establecimiento; en recepción, en las habitaciones, en el restaurante, en las camas y almohadas e incluso en los ascensores. Las partículas que desprenden los olores nos afectan emocionalmente influyendo en la perspectiva que nos da un lugar o producto,adentrándose en nuestra mente para alterar y evocar nuevas emociones.
EL AROMA QUE ATRAPA
Para conseguir llamar la atención del cliente y que su paso por el hotel sea lo más agradable posible, el hotel debe reflejar todas las emociones que el huésped espera, principalmente la tranquilidad y la limpieza. Lavanda o azahar son fragancias que encajan a la perfección para lo que estamos buscando, reflejan el sentimiento de pertenencia a un lugar que aporta confort e incentivan a las emociones que liberan el estrés, convirtiéndose en un lugar seguro donde relajarse.
Cada detalle importa, por ello al entrar en una habitación de hotel lo primero que hacemos es relajarnos y tirarnos en la cama para sentir esta sensación de calma que buscamos para sustituir lo que nuestra casa nos proporciona. Tanto si llevas todo el día haciendo turismo en una ciudad que no conoces, como si has estado de reuniones por trabajo lejos de casa, lo que más necesitas es descansar en un lugar cómodo y limpio, que te conquiste por su aroma relajante.
